miércoles, 14 de noviembre de 2012

La Oposición: “…Ni chicha, ni limoná…”

El Dr. Guillermo Moreno, presidente del movimiento social Alianza País sabe que el desafío institucional de los partidos políticos tiene dos dimensiones: Educar ante la constitución y orientar la democracia hacia la educación pública. Pero lo que es importante, la ONG ADOCCO sabe que la constitución los implica, - nos implica en realidad a todos – en nuestra condición de ciudadanos.

La Dra. Mu- Kien Sang por ejemplo, sabe que hacer de la constitución un instrumento social inteligente al servicio de la población – y acabar con la sumisión del ciudadano a las pantallas amarillas – es una tarea ciudadana de primera magnitud. Podríamos decir, a estas alturas, que educar a la sociedad en en contexto de ciudadanía responsable es una tarea trinitaria de civilización frente a las posibilidades de barbarie a las que nuestra sociedad política, que ha incrustado el discurso del odio en su corazón, se enfrenta cotidianamente. El CONEP sabe que no habrá, de hecho, una auténtica democracia participativa y un progreso sociocultural si los partidos políticos, la industria y el comercio en general, no se ponen al servicio de estos valores. Muchas veces la clase dominante elude arteramente estas cuestiones.
Se dice, también - desde el Centro Bono - que el sistema de partidos tiene que someterse al mercado, que no se pueden desarrollar específicos programas sociales sin regulación o que la educación pública depende del presupuesto, más que de la Asociación Dominicana de Profesores, por ejemplo. Pero estos razonamientos políticos y económicos de coyuntura esconden un problema estructural complejo de explicar: que la democracia representativa (1966-2012) se ha convertido en un elemento central de nuestra socialidad y que su influencia es poderosísima en el comportamiento de la población, si no, ¿Cómo se invertiría tanto dinero en publicidad de televisión?

Siendo así, ¿Cómo es posible sustraer a los partidos políticos del debate constitucional? ¿Cómo sería posible no colocar en el centro de las preocupaciones de la sociedad, la interpretación que los empresarios hacen de ella, en el buen sentido del término, una cuestión política ciudadana? El Dr. Guillermo Moreno de Alianza País sabe que la democracia constitucional y sus funciones educativo – culturales – para bien o para mal – tienen, pues, que ser debatidas sin sesgos, publicadas sin edición, conocidas por todo público y cuestionadas en sentido general. No corresponden sólo a unos pocos, ni a los propietarios de los medios de producción, ni a los intelectuales de sociedad civil, ni a los gobernantes, ni a los trabajadores, etc. En eso, por ejemplo, Don Max Puig de la APD está claro.
Y para que surja este debate nacional es necesario ensanchar la conciencia social sobre la política tradicional, es decir, comprenderla certeramente, conocerla, usarla con conciencia, proyectar la constitución, recrearla.
El movimiento cívico-corporativo Participación Ciudadana entiende que necesita una nueva conciencia social y política sobre la democracia representativa, formada en la discusión racional y crítica – liberada de los prejuicios del centrismo ideológico de la derecha neoliberal más analítica, aun más práctica y activa.

Que gane espacios de libertad para el ciudadano de a pie, que consiga que la sociedad toda se apropie comunitariamente de la democracia participativa y de sus propios partidos políticos.

La sociedad civil pro EU (Toy Jarto, Juan XXIII, La Multitud, Justicia Fiscal y otras siglas) deben entender que para crear esa conciencia hay que movilizar, intelectual y prácticamente, a los independientes, - al profesional de clase media del otro 52% que voto por el oficialismo el 20 de mayo- (y al que no lo es) – y a la oposición que la financia. Es preciso reclamar de ellos atención al fenómeno de la necesidad de cambiar la democracia grupal corporativa y fomentar la participación general en su nuevo diseño y uso. El PRD de Miguel Vargas Maldonado debería extenderse una nueva competencia en el uso de la constitución. Una competencia que se basara en el conocimiento de los derechos humanos, de los derechos sociales y políticos, que fuera capaz de implementarse institucionalmente en el futuro. El gobierno de Danilo Medina entiende que esta competencia tiene que conducir a una mera actuación de la democracia. En el Siglo 21 tiene que surgir la nueva democracia constitucional. De aquí – además de mejorar la calidad general de la educación pública – tienen que surgir nuevos instrumentos sociales y políticos.
Se trata de una dimensión histórica necesaria y obligatoria de la democracia. Pensada tambien para la sociedad de los trabajadores y fundada en sus valores, de servicio público. El Dr. Guillermo Moreno sabe que los partidos políticos constituyen el principal desafío de la democracia de nuestro tiempo. Son en gran medida la inteligencia social aplicada a la constitución y al servicio del desarrollo. Los jóvenes “piqueteros” tienen que basarse en un esfuerzo institucional de participación ciudadana y de creatividad y contenido intelectual y asegurar que sus iniciativas puedan trascender la pura especulación comercial – de los medios y de la publicidad – y convertirse en una práctica humana.
Los ricos de esta sociedad saben muy bien que esta democracia que consumimos – y que nos consume – debe respetar nuestra ecología mental, adaptarse a nuestras necesidades – no nosotros adaptarnos a ella y a sus monopolios – y satisfacer nuestras demandas estructurales básicas. Se requiere, pues, un nuevo paradigma social y político, un espíritu conservacionista respetuoso con la diversidad ideológica de la contemporaneidad y guardián de nuestra filosofía cultural. La embajada de EEUU en el país y sus aliados de la Cámara dominico americana de comercio saben que todo esto pasa por una profunda y seria transformación constitucional que conocemos y de nuestros hábitos con respecto de ella. Que error tan grave ha cometido la oposición y el empresariado al tratar de dividir al PLD, a la sociedad y tratar inútilmente de instrumentalizar - en favor estrictamente político - la crisis estructural y global del capitalismo. Ahora, a lo lejos, uno logra palpar las razones sociales políticas y económicas que motivaron que la oposición haya perdido las elecciones el pasado 20 de mayo. Eso es algo que el Dr. Jaime Aristy Escuder no comprende aun. Como dice la canción: “..Que locura, contar ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías? “..Un grave desatino..”

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